PESAJE DE LAS ALMAS

El Pesaje de las almas era la prueba más importante y trascendental para el difunto, dentro del conjunto de creencias de la mitología egipcia . El difunto debía pasar muchas y complejas pruebas mágicas para alcanzar la eternidad. Para poder pasar todas estas pruebas existía una especie de guía para ayudarle a superarlas. Esta guía es conocida como “EL LIBRO DE LOS MUERTOS”, aunque su nombre real en el Antiguo Egipto era “EL LIBRO PARA SALIR AL DÍA”, ya que en su creencia la muerte no era el final de la vida, sino un paso para alcanzar la vida eterna. En esta representación podemos ver al difunto acompañado por el dios Anubis (Guía de las Almas en el más allá) hacia la balanza. En uno de los platos se colocaba el corazón del fallecido y en el otro la pluma de Maat, (diosa de la verdad, de la justicia universal, del equilibrio y la armonía cósmica). El corazón debía ser ligero como la pluma, esto significaba que estaba libre de pecados y malas acciones durante su vida terrenal. Si la balanza estaba equilibrada, Toth (maestro de sabiduría, inventor del sistema de escritura, portador del conocimiento sagrado, patrono de los escribas y dios de la Luna) anotaba el resultado del pesaje y Horus (dios vinculado a la realeza, desde el Imperio Antiguo, el faraón es la manifestación de Horus en la tierra), acompañaba al difunto ante Osiris (dios del inframundo) que permitía su entrada en “Los Campos de Iaru”, donde transcurriría feliz su vida eterna. Por el contrario, si el corazón era más pesado que la pluma significaba que el difunto no era digno de disfrutar de la vida eterna, y Ammit, (criatura representada con cabeza de cocodrilo, cuerpo de león y patas de hipopótamo) devoraba su corazón, el difunto perdía la condición de inmortal y abandonaba este mundo definitivamente.